HUNGRIA
Una obra que circula por los lugares
que el teatro veló históricamente:
boletería, camarines, público, pasillos.
Donde la palabra se desata y huye en busca
de una boca que la amplifique.
Deshilachando fragmentos de la historia del teatro,
películas soviéticas, música y danza,
multiplicando los personajes
hasta lo irrecuperable.
La propuesta no atiende lo que el teatro es,
le preocupa lo que puede, hoy.
boletería, camarines, público, pasillos.
Donde la palabra se desata y huye en busca
de una boca que la amplifique.
Deshilachando fragmentos de la historia del teatro,
películas soviéticas, música y danza,
multiplicando los personajes
hasta lo irrecuperable.
La propuesta no atiende lo que el teatro es,
le preocupa lo que puede, hoy.
SALA ESCALADA
Remedios de Escalada de San Martín 332
(a una cuadra de Juan B. Justo y Warnes)
Reservas 4856-0277
Crítica de Christian Lange para POIESIS TEATRAL
IMPRESIONES: "Hungría / La Representación" (Magyarország), de Bèla Arnau
Un espacio sectorizado en diversos espacios. Un escenario-tablado, una hilera de butacas laterales (platea), una puerta-boletería, unos camarines, un espacio "entre" los espacios, el espacio del entre. Los cuerpos que recorren esos espacios sufren las transformaciones que esos espacios imponen, adquieren las identidades que esos espacios proponen. Son sucesiva y alternadamente, actores, espectadores, personajes, público...
Hungría presenta varios mundos. Presenta la representación, presenta el teatro, presenta a los actores y al sistema de producción teatral del circuito independiente, presenta una ficción (una de las traducciones más contemporáneas y acertadas de mímesis, propuesta por Eduardo Sinnot, es justamente, ficción; ficción que no es representación y que no es imitación). Hungría presenta mundos y lo hace en forma completamente fragmentaria, estallada, para nada lineal. Hungría tiene una estructura compositiva con su leit-motiv incluido (varios: el conejo-liebre, las películas soviéticas, el compositor, el padre y la distancia, el tiro en la cabeza...). Con esas recurrencias, con esos procedimientos, con esa gramática teatral logra constituir algo lo suficientemente claro y ambiguo como para que el espectador haga pie por un rato.
Un trabajo por momentos elaboradamente poético sobre el lenguaje, sobre el texto, irrumpe de golpe por sobre el lenguaje más plano. Otro tanto pasa con las imágenes visuales. La luz, los cuerpos, la máscara-cabeza de conejo/liebre, las sombras de colores, la composición inacabada del silencio.
Textos e imágenes, bellamente elaborados, montados en esa gramática teatral muy fundada en el espacio, se potencian gracias al conjunto actoral en el cual sobresalen los trabajos de Iván Balsa y Federica Presa, cuyas voces, cuerpos y energías están perfectamente afinadas para este trabajo de Bèla Arnau (dramaturgia, dirección y música).
Se percibe mucho trabajo previo, mucha conceptualización, muchas ideas y reflexiones sobre el lenguaje treatral y el cómo y para qué del teatro contemporáneo y eso, hay que decirlo, no es tan habitual como podría ser deseable. En ese sentido el espectáculo que se puede ver los sábados a las 21.00hrs en la Sala Escalada, merece contar con el apoyo del público, y el público merece permitirse disfrutar la experiencia Hungría.
La protagonista es la liebre
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