Crítica de Christian Lange para POIESIS TEATRAL

IMPRESIONES: "Hungría / La Representación" (Magyarország), de Bèla Arnau



<>Una máscara-cabeza de conejo/liebre. Un conejo/liebre con cuerpo humano. Una máscarca rígida, artificial, con enormes ojos casi alienígenas. Ojos redondos y grandes que jamás cambian de aspecto. Una máscara-cabeza de conejo/liebre "muerta", que nada puede comunicar. Un conejo/liebre con cuerpo humano, con el cuerpo de un actor que produce la magia, la alquimia y logra que esa máscara-cabeza de conejo/liebre esté viva, vibre, comunique, exprese hasta por los ojos grandes, redondos, alienígenas, enormes.<>
Un espacio sectorizado en diversos espacios. Un escenario-tablado, una hilera de butacas laterales (platea), una puerta-boletería, unos camarines, un espacio "entre" los espacios, el espacio del entre. Los cuerpos que recorren esos espacios sufren las transformaciones que esos espacios imponen, adquieren las identidades que esos espacios proponen. Son sucesiva y alternadamente, actores, espectadores, personajes, público...
Hungría presenta varios mundos. Presenta la representación, presenta el teatro, presenta a los actores y al sistema de producción teatral del circuito independiente, presenta una ficción (una de las traducciones más contemporáneas y acertadas de mímesis, propuesta por Eduardo Sinnot, es justamente, ficción; ficción que no es representación y que no es imitación). Hungría presenta mundos y lo hace en forma completamente fragmentaria, estallada, para nada lineal. Hungría tiene una estructura compositiva con su leit-motiv incluido (varios: el conejo-liebre, las películas soviéticas, el compositor, el padre y la distancia, el tiro en la cabeza...). Con esas recurrencias, con esos procedimientos, con esa gramática teatral logra constituir algo lo suficientemente claro y ambiguo como para que el espectador haga pie por un rato.
Un trabajo por momentos elaboradamente poético sobre el lenguaje, sobre el texto, irrumpe de golpe por sobre el lenguaje más plano. Otro tanto pasa con las imágenes visuales. La luz, los cuerpos, la máscara-cabeza de conejo/liebre, las sombras de colores, la composición inacabada del silencio.
Textos e imágenes, bellamente elaborados, montados en esa gramática teatral muy fundada en el espacio, se potencian gracias al conjunto actoral en el cual sobresalen los trabajos de Iván Balsa y Federica Presa, cuyas voces, cuerpos y energías están perfectamente afinadas para este trabajo de Bèla Arnau (dramaturgia, dirección y música).
Se percibe mucho trabajo previo, mucha conceptualización, muchas ideas y reflexiones sobre el lenguaje treatral y el cómo y para qué del teatro contemporáneo y eso, hay que decirlo, no es tan habitual como podría ser deseable. En ese sentido el espectáculo que se puede ver los sábados a las 21.00hrs en la Sala Escalada, merece contar con el apoyo del público, y el público merece permitirse disfrutar la experiencia Hungría.

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